jueves, 29 de marzo de 2007

CAROLINA Y EL MATAMOSCAS

Vaya verano insolente
que hace sudar a la gente.
Carolina y sus papis
querían unas vacaciones guapis
y se pasaron de rosca
porque en pleno mes de agosto
se les perdió el matamoscas.
¡ Qué disgusto...!
Ya no se está tan a gusto:
moscas, mosquitos, moscones...
Vaya vacaciones locas
buscando por los rincones
el dichoso matamoscas.
Ni debajo del sofá,
ni debajo de la silla,
ni siquiera en el desván...
¿ Y bajo la mesa camilla ?
Tampoco.
No te comas el coco,
Carolina.
Ni detrás de la nevera,
ni en la cocina,
ni detrás de la palmera
que no le gusta a Quintina.
¡ Qué misterio misterioso,
con el matamoscas dichoso !
¡ Qué curioso !
Y las moscas impertinentes,
¡qué valientes !
Molestan por la mañana,
cuando sales de la cama.
Molestan a mediodía
cuando comes la sandía.
Y por la tarde en la siesta
también molestan.
Las espanto con la mano.
¡ Qué mareo !
¡ A ver si acaba el verano
y se van de veraneo !


La Roda, verano de 1979

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